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11 de septiembre de 2011

Contra el viento del norte

Título: Contra el viento del norte


Título Original: Gut gegen Nordwind


Autor: Daniel Glattauer


Editorial en español: Alfaguara, 2010.


Y va de…

La revista Like es un asco y Emmi Rothner ya no está interesada en seguirla recibiendo. Muy amablemente manda un e-mail a la editorial, pidiendo anular sus subscripción. ¿La respuesta? Nada. Otros 18 días después, reitera el mensaje por la misma vía, por si acaso –ya saben, quizá el primer correo fue a pasearse al limbo de los mensajes perdidos, en vez de aterrizar en la bandeja de entrada correspondiente-. 33 días después, cuando las condenadas revistas se siguen acumulando en su apartado postal, de un ánimo más bien acalorado, decide enviarles un nuevo e-mail dejando claro que la calidad de su revista se está yendo por el caño, y que si con el mutis que han sostenido hasta ahora se creen que ella va a seguir pagando, ya pueden irse olvidando. Esta vez sí que hay respuesta; una más o menos, así:

Ocho minutos después
Fw:Se ha equivocado usted de dirección. Ésta es mi dirección particular: woerter@leike.com. Usted quiere escribir a woerter@like.com. Es la tercera persona que me pide que le dé de baja la suscripción. La revista debe haberse vuelto francamente mala." 

Demonios. Al parecer, Emma debiera darse una palmada en la frente, porque todas esas veces, ha estado dirigiéndose a la dirección equivocada. Condenados dedos que teclean lo que se les viene en gana. Inmediatamente se disculpa con el/la desconocid@, agradeciendo la aclaración. Sin embargo, 9 meses después, sus dedos vuelven a jugársela, y por error incluye la misma dirección en la tanda de las otras a las que envía un correo colectivo de felicitaciones navideñas. ¿La respuesta?:

Dos minutos después
Fw:
Querida Emmi Rothner:
Aunque casi no nos conozcamos de nada, le agradezco su cordial y sumamente original correo colectivo. Sepa que adoro los correos colectivos dirigidos a una masa de la que no formo parte.
Atte., Leo Leike.”

Zaz. Si eso no es un sarcasmo que aguijonea... Como el e-mail del tal Leo pide a gritos una respuesta, Emmi se apresura a dársela, con la exacta pero igualmente “amable” dosis de lo suyo. Al parecer, ambos poseen un sarcasmo algo afilado, y tienen respuesta a cada comentario agudo del otro.

Para cuando se da cuenta, Emmi se encuentra escribiéndose casi a diario con Leo. Aquel intercambio de mensajes se torna cada vez más interesante y divertido. Son unos desconocidos el uno para el otro y no tienen ninguna intención de cambiarlo, pero aún así no pueden evitar disfrutar más y más del extraño intercambio que se da entre ellos.

Pero tratar a diario con alguien aun en ese mundo virtual, no salva de desear más... y aunque al principio jamás se lo habrían planteado, poco a poco aquello se torna insuficiente; y el deseo de poner aspecto y sonido a las palabras del otro se va abriendo paso en sus vidas. El punto es: ¿lo harán? ¿Tomarán el riesgo? ¿Habrá lugar en el mundo real de cada uno, para algo tan inesperado y singular como esto?

Mi opinión
Debo confesarlo, tenía mis reservas con esta novela; me esperaba algo así como un romance adolescente sin gran sustancia. Pero me ha dejado muy gratamente sorprendida, tanto por la historia en sí misma, como por la manera de presentarla. Y es que para empezar, está compuesta de nada más que correos electrónicos. Cero punto cero por ciento de narrativa. No hay párrafos de descripciones, ni perspectivas en tercera persona, ni nada que se le parezca. Nadie nos cuenta la historia; está la conocemos a partir del contenido de los e-mails que los protagonistas se envían.

Al principio, tenía mis dudas de que un recurso así funcionara sin resultar frustrante. Sin embargo, para cuando lo supe, ya me encontraba completamente enganchada, devorando cada mensaje, y construyendo poco a poco el contexto que los rodea con los detalles revelado por sus autores. Me ha gustado mucho esta nueva experiencia. Una parte de la historia queda velada, y somos nosotros como lectores quienes le damos forma, leyendo entre líneas, o deduciendo los pormenores. Uno está ahí, indignándose cuando lee “tres días después” o sonriendo al encontrar “25 segundos después”, respecto de la periodicidad de los e-mails.

Por su lado, los personajes están muy lejos de ser los superfluos que había esperado. Las cosas que se escriben... No hay ningún mensaje pueril ni trillado. Los dos son personas adultas, inteligentes y vivaces. Tienen unas vidas ya perfectamente hechas, y por lo mismo, resulta fácil compartir la dualidad interés/reserva que experimentan al encontrarse de pronto esperando los mensajes de alguien desconocido. Particularmente me ha encantado Leo. Es tan ingenioso y divertido, a la vez que sarcástico y dulce. Me entretuve mucho leyendo sus mensajes, y al final creo que también terminé medio enamorada de él. Emmi por su parte es una mujer independiente y segura de sí misma, que cree su vida completamente en su sitio, hasta que su trato con Leo comienza a mostrarle otra cosa.

Me parece que el autor supo evocar bien el especial mundo de los mensajes escritos. ¿Cuantos y cuantos no nos encontramos a veces en situaciones en que preferimos un golpe veloz al WhatsApp en vez de llamar? ¿Van a decirme a caso que el ambiente creado en esas conversaciones no es... diferente? Toda esa magia está canalizada de una manera muy seductora en Contra el viento del norte, y nos recuerda que siempre es posible quedar cautivado por alguien a través de sus letras... Y que cuando algo así ocurre, no es suficiente. El anhelo por sentir, y mirar a esa persona hace desear con fuerza.

En cuanto al final; bueno, solo diré que uno desea inmediatamente tener a mano las segunda parte, Cada siete olas, así que les recomiendo comparse ambos libros. ¡A veces la zozobra es terrible! En definitiva, aunque después de todo sí eché de menos algo de narrativa, la novela me ha encantado.

Aquí les dejo el enlace para leerse el Primer Capítulo.

¡Saludos! : )

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